Aunque se suele achacar a los adolescentes frase como “ni yo mismo me entiendo”, “me ganaron las hormonas”, “no sé si estoy triste o contento”, “no me recuerdes eso porque lloro de nuevo” la verdad es que en la vida adulta seguimos experimentando los embates de las emociones, a veces, sin entenderlas y, sobre todo, sin encontrar mecanismos para sobreponernos a las negativas y usar las positivas para impulsar nuestro desarrollo profesional. En otras palabras, a cualquier edad podemos conocernos mejor y descubrir las potencialidades de nuestra inteligencia emocional.
El curso “Inteligencia emocional” se dirige precisamente a aquellos dispuestos a conocerse mejor para tener una mejor relación consigo mismos y con los demás, a través de la reflexión de su contexto personal a lo largo del tiempo.
Se trata de conocer tanto el carácter y temperamento personales, como de detectar heridas emocionales, miedos, bloqueos y otros obstáculos que impiden el crecimiento interno y dificultan las relaciones con la pareja, la familia, los compañeros de trabajo o los subordinados.
Asimismo, se busca desarrollar, a través de técnicas como el mindfulness y el pensamiento positivo, nuevas estrategias que faciliten e impulsen a los participantes a vivir más plenamente en todos los ámbitos.